Entre sierras valles y ríos

Alfonsinas

Elba Balestri

Saldán, Córdoba, Argentina

Esto es lo que somos y lo que hicimos con lo que quisieron hacer de Nosotras.

Recordando  nuestro encuentro de las ex presas políticas en junio de 2019 pienso en los años que pasaron hasta poder cumplir con aquella promesa que nos hicimos de reencontrarnos una vez liberadas. Y allí estábamos, disfrutando  la alegría de vernos íntegras, plenas y orgullosas de la vida que hemos vivido. 

Han transcurrido casi cuarenta años y es difícil elegir contar alguna de las muchas experiencias vividas en libertad. 

En mi caso fui liberada con el último levantamiento del Poder Ejecutivo Nacional, pocos días antes de las elecciones de octubre del  ’83, y a partir de ese momento empezó la vorágine de reconstruir una vida nueva con mis dos hijos que me estaban esperando y que casi no me conocían.

Sentía una urgente necesidad de enfocarme en ese presente y de recuperar rápidamente la vida, con el invalorable apoyo de mi familia para empezar casi de cero: sin techo propio, sin trabajo, sin terminar de reconocer y ubicarme en ese país y en mi ciudad, Córdoba, tan diferentes a como los recordaba.

Pero voy a hacer un recorte y saltar aquellos primeros veinte años en libertad que pasaron muy rápido entre los esfuerzos para reconstruir los vínculos  familiares, con una nueva pareja y la llegada de una nueva vida, la hija de la libertad, tratando de integrarnos todos y en medio de una situación económica difícil, con el neoliberalismoTeoría política y económica que tiende a reducir al mínimo la intervención del Estado.​ En su sentido más usual, se refiere a una serie de teorías y propuestas económicas que comenzaron a tomar auge en la década de 1970. En muchos países fue implementado por dictaduras cívico militares. extendiéndose en todo el mundo y en nuestro país. 

Quiero contar una experiencia que significó para mí el redescubrimiento del feminismo y la importancia  y la necesidad del empoderamiento de las mujeres. 

Entre 2004 y 2007 participé de un grupo de mujeres, Las Alfonsinas, que se formó en la  biblioteca popular Alfonsina Storni(1892-1938). Destacada poetiza. Nació en Suiza y vivió siempre en Argentina. Estuvo vinculada con el Modernismo y su prosa es considerada feminista. La originalidad de su obra cambió el sentido de las letras en América Latina. de Villa Allende, Córdoba, para realizar talleres sobre género. Éramos unas diez mujeres del barrio y de la zona cercana. Hasta entonces, por mi educación -en una familia de clase media-, la militancia política en el contexto de los años ’70 y los años de cárcel, yo tenía una  idea de los avances logrados por las mujeres en el mercado de trabajo, en la universidad, en la participación política así como las rupturas con la generación de nuestros padres en la vida familiar y social. Pero en esas tardes de mateadas y charlas de mujeres en la biblioteca aparecían las dificultades familiares que cada una tenía en la relación con sus parejas, los hijos, los padres y, siempre, en el centro, las distintas formas de la violencia familiar. Entonces, la pregunta que nos hacíamos era qué era esto del “género”. Fue un descubrimiento que a cada una le permitió iluminar su propia historia de vida y plantarse en ese presente con nuevas herramientas y fuerzas para resolver sus conflictos, con el grupo siempre apoyando. Así fue la primera etapa.

Y luego ¿cómo seguir? Había que salir “afuera” y compartir la experiencia con otras mujeres. Y allá fuimos al XX Encuentro Nacional de MujeresEncuentro feminista que se realiza anualmente en Argentina desde 1986. que se hizo en Mar del Plata en 2005. Recuerdo que cuando terminó comenzaba la Cumbre de las Américas2005. Reunión de Estados soberanos de América en Mar del Plata, Argentina. Estados Unidos no logró su objetivo de integrar a países sudamericanos al Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA). 2005 con la presencia de Bush y la intención de sumar al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) a algunos países sudamericanos. Allí Chávez  agitó en su discurso aquella memorable consigna «ALCA, ALCA ¡al carajo!». Fue muy rico para el grupo porque nos repartimos en distintos talleres para luego intercambiar los temas.  Creo que para la mayoría de Las Alfonsinas era el primer encuentro nacional. En esos tres o cuatro días de viaje, dedicados a Nosotras y compartiendo con mujeres tan diversas de todo el país, resignificamos la idea de feminismo. Nos impresionó la potencia de esa marea de mujeres con conciencia de sí mismas demandando derechos para construir una sociedad más democrática, justa y solidaria para todos.

De vuelta en casa, continuamos con nuestro taller intercambiando con otros grupos de mujeres y ya estábamos en el 2006, cuando nos llegó la capacitación del programa Juana Azurduy de fortalecimiento de los derechos y participación de las mujeres. Y nos dispusimos a viajar al Chaco a una comunidad QomPueblo originario que vive actualmente en el norte argentino. del interfluvio Teuco-Bermejito ya que un grupo de artesanas Qom nos había invitado a conocer lugar, su cultura, su vida y a compartir un taller de género. 

Fueron cuatro días muy intensos en el pueblo del Espinillo. Entre taller y taller visitamos algunas familias que nos enseñaron -con mucho orgullo- sobre sus costumbres y tradiciones pero también sobre sus problemas y necesidades.  Conocimos algunos parajes de este territorio del Interfluvio. Unas 150.000 hectáreas de tierras comunitarias pertenecientes a los pueblos originarios de esa localidad, reconocidos por ley nacional y provincial. Además, conocimos el rol fundamental que tuvo la asociación comunitaria Meguesoxochi en el proceso de territorialización para lograr el título comunitario a favor del pueblo Qom como reparación histórica y también en defensa de sus posesiones ante el avance de empresas forestales en el Interfluvio.

En aquellos talleres con las mujeres nos reímos compartiendo anécdotas de la vida familiar donde comprobamos el parecido de los comportamientos y los roles asignados que teníamos tanto en la ciudad como en el campo y también los avances logrados en la sociedad. Ellas nos contaron que habían luchado mucho tiempo para que los hombres aceptaran incluirlas en el Consejo de la Comunidad, que era un espacio de decisiones y de poder  que -hasta pocos años antes- estaba compuesto sólo por ellos. ¡Ahora tres de ellas lo integraban!. 

Estas mujeres artesanas del Interfluvio Teuco-Bermejito estaban formando una cooperativa de trabajo para sus productos y nos enseñaron sus saberes, su producción artesanal, las etapas de la elaboración y sus dificultades para “salir” a venderlas en negocios o en ferias. Nos contaron: “Hasta no hace mucho tiempo los gringos cambiaban una manzana por un canasto, que luego vendían fuera de la provincia y multiplican sus ganancias de manera descomunal”. Nos volvimos a Córdoba con el compromiso de gestionar la conexión de estas mujeres Qom con espacios donde pudieran presentar y vender sus artesanías. Unos meses después fueron ellas las que vinieron a Córdoba a visitarnos y a desarrollar sus actividades. 

Siempre recuerdo un pensamiento pintado en la pared de un galpón comunitario del Espinillo que decía “la autodeterminación y la memoria serán los pilares, la huella por donde volver para que la dignidad sea el vínculo fundamental, para que el humano sea humano, es decir que la vida debe ser vida”. Todavía hoy sigue la lucha de esas comunidades por el reconocimiento de sus derechos.

2007 fue el  último año de Las Alfonsinas. Cerramos la experiencia con un último proyecto desarrollado conjuntamente con estudiantes de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba, que realizaban talleres dentro de la cárcel de Bower. La idea era generar un vínculo con las mujeres alojadas en esa cárcel y visibilizar su situación, poniendo en evidencia y cuestionando el régimen carcelario carente de un enfoque de género. Pudimos intercambiar correspondencia con algunas de ellas acompañándolas. Llevamos este tema al XXII Encuentro Nacional de Mujeres que ese año se realizó en Córdoba. 

Creo que con la experiencia de Las Alfonsinas pude valorar más cabalmente el feminismo como una interpelación a las prácticas patriarcales en todas las épocas y ámbitos, incluso en la propia militancia política de los ’70 y reconocerlo como un movimiento transversal y colectivo, con un potencial para aportar a las transformaciones de ese país mejor que soñamos para todos. También creo que hay un hilo conductor o un puente, entre Nosotras las ex presas políticas y Las Alfonsinas. Lo veo en la imagen que pinta la uruguaya Simone Seija PaseyroNuevas corrientes del movimiento obrero nacidas a fines de la década de 1960, que buscaron diferenciarse del sindicalismo peronista, objetando que éste admitiera la conducción de Perón, lo que incluye sectores de izquierda que admitían alianzas con corrientes peronistas de izquierdas y aún corrientes peronistas de izquierda que se planteaban cambiar la hegemonía en el sindicalismo.:

Cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor de “un fuego”, nacen fuerzas, crecen magias, arden brasas, que gozan, festejan, curan, recomponen, inventan, crean, unen, desunen, entierran, dan vida, rezongan, se conduelen (…) Porque cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor “del fuego” que deciden avivar con su presencia, hay fiesta, misterio, tormenta, centellas y armonía. Como siempre. Como nunca. Como toda la vida.

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