Por el mundo

Aquí y allá

Elisa Longobardi de Vargas

Cambridge, Reino Unido

Soy Elisa Longobardi de Vargas, secuestrada con mi marido y mis dos nenitos en noviembre de 1975. Ya habíamos tenido que salir de Chile con nuestro hijito Lautaro de un año, después del golpe de EstadoDerrocamiento del gobierno democrático de Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973. Comandado por el represor Augusto Pinochet Ugarte, militar político y dictador chileno. (1915-2006). de Pinochet, puesto que mi marido -chileno- pertenecía a una agrupación política de Izquierda.

Nos habíamos instalado en Banfield, donde nació Luciano. Allí, de a poco, estábamos logrando comenzar de nuevo cuando una noche fuimos víctimas de la Operación CóndorCampaña de represión política y Terrorismo de Estado respaldada por Estados Unidos, que incluía operaciones de inteligancia y asesinato de opositores. Fue implementada en 1975 por las cúpulas de las dictaduras cívico militares en el Cono Sur. El gobierno de Estados Unidos proporcionó planificación, coordinación, formación sobre la tortura, apoyo técnico y suministró ayuda militar.. Varios días después del secuestro, nos llevaron a la cárcel de Villa Devoto.

Un año y medio más tarde mi marido fue expulsado por ser extranjero y vino a Inglaterra con los nenes. Yo tuve que esperar hasta 1978, cuando me otorgaron la opción y pude, al fin, reunirme con mi familia en Cambridge, donde vivo actualmente. La separación de mis chiquitos había sido insoportable, por lo que mi mayor deseo era tener otro hijo para verlo crecer sin perder un solo instante de su vida. Julián nació nueve meses más tarde.

Mi vida de bailarina contemporánea ya pertenecía a un pasado irrecuperable así que decidí volver a los estudios. Después de dos años dedicados a estudiar el idioma me inscribí en una Universidad en Cambridge donde cursé Literatura y Pensamiento Europeo e Historia del Arte. Luego, hice una Maestría y un Doctorado sobre el tema del Surrealismo en la Argentina.

Hacer la investigación para mi Doctorado fue muy especial, ya que incluyó un viaje de tres meses a Buenos Aires, circunstancia que aproveché para llevar a Julián -de siete años ya- con el propósito de que conociera a su familia argentina. Fue un viaje inolvidable. Tuve la oportunidad de entrevistar a algunos de los grandes artistas argentinos: Roberto Aizenberg, Luis Felipe Noé, Rómulo Macció, Víctor Chab y Jorge Demirjian.

Posteriormente, ejercí la docencia en varias ramas del arte y su historia hasta jubilarme, hace nueve años. A pesar de lo mucho que lo añoro, nunca quise volver a radicarme en Buenos Aires, lugar donde están mi familia de origen y amigas. Sería insoportable separarme de mis hijos y nietos.

A fines del año pasado llevé a mis hijos, nueras, nietos y nietas a Chile y Argentina para que conocieran a sus familias. Mi esposo no pudo participar por haber fallecido dos años antes. Un resultado de ese viaje maravilloso ha sido que mis nueras me pidieron que escribiera mi historia, que es lo que me ocupa en este momento, durante estos tiempos inciertos.

A pesar de todo y aunque hubiera preferido no haber sufrido la separación de mis seres queridos, llevo con orgullo el recuerdo de mis años de cárcel.

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