Bonaerenses

Déjà vu

Patricia Borensztejn

San Fernando, Buenos Aires, Argentina

Es la segunda vez que, por edad, pertenezco a un grupo de riesgo, le digo a mi amiga, distendida. Mi amiga invisible, claro. 

¿Cuál fue la primera?, pregunta mi amiga.

La primera vez fue por los años ’70, todos los que hoy estamos aquí en este nuevo grupete de riesgo lo pueden recordar. Teníamos entre diecisiete y treinta y cinco, ponéle. Algunos más jóvenes, otros más viejos pero esos eran pocos casos. La mayoría teníamos una media de veinticinco años. 

Ella me mira, ¿diferencias?, pregunta.

Miles. Infinitas. Lo cual quiere decir que unas son peras y otras manzanas. Pero manzanas verdes, de esas que uso para hacer la torta de manzanas. Es decir, a ver si me explico mejor, no podría hacer mi torta con peras. Saldría mal. Al menos con la misma receta. Aunque quizás con otra sí. Es imposible comparar peras con manzanas, ni este aislamiento con el otro, que era encierro.

¿Sin embargo?, insiste mi amiga.

Sin embargo vuelve a mi memoria. Porque era algo raro, excepcional. Como esto. Porque no veías la luz del túnel, como esto. Porque a veces soñabas con almuerzos en familia o que te tomabas el tren y te ibas a pasar el fin de semana en, por ejemplo, Pehuajó. Cualquier sitio daba igual con tal de ver lejos. Y tener más sol, claro que sí.

Porque soñabas con la democracia como hoy soñás con la vacuna.

Porque somos bichos de costumbres y al final terminás adaptándote, aunque tengas tus días buenos y tus días malos. Tus alientos y tus desalientos.

Y porque eso de la esperanza funcionaba bastante. Como hoy también funciona.

También pensé, ¿dos veces en una vida? Y me acordé de mis abuelos y los tuyos, amiga mía, dos guerras en una vida.

Y finalmente, y antes de cerrar este asunto del déjà vu, me quedo con esta oración de Borges, del cuento “El jardín de los senderos que se bifurcan”, porque otra vez, otra vez, me pasa a mí: “Después reflexioné que todas las cosas le suceden a uno precisamente, precisamente ahora. Siglos de siglos y solo en el presente ocurren los hechos; innumerables hombres en el aire, en la tierra y el mar, y todo lo que realmente pasa me pasa a mí”.

Salud, amiga. Salud, todos.

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