La irrupción de la juventud

El clima de época estuvo marcado por los Movimientos de Liberación Nacional, influidos por el triunfo de la Revolución Cubana y la guerrilla comandada por el Che, las guerra de liberación de Argelia y de Vietnam, los movimientos juveniles como el Mayo Francés, el hippismo y, en EEUU, las movilizaciones antirracistas y pacifistas que inspiraban y contagiaban a los jóvenes en otras latitudes.
A fines de la década del ´60, en Argentina, se profundizó un proceso que se venía gestando de radicalización política y cultural en la juventud. No solo fue cuestionado el autoritarismo militar, sino también todo tipo de autoridad: la de la familia, la escuela, el machismo, los valores imperantes. La liberación sexual fue un emblema. La píldora anticonceptiva colaboró para ello. Los varones se dejaron el pelo largo, las chicas usaban minifalda y minishort. Los atuendos hippies se pusieron de moda.
Otra expresión de rebeldía, unos años más tarde, fue el surgimiento de los primeros grupos de rock nacional. Nuevas bandas como Almendra, Manal o Los Gatos aspiraron a componer canciones menos concesivas con el mercado.
Con Onganía, ser joven se volvió peligroso, al extremo de llevarse presos a los que tenían el pelo largo.
Hubo un fuerte cuestionamiento a los partidos de izquierda tradicionales por su inoperancia frente a las dictaduras y su aval a la proscripción del peronismo. Se crearon organizaciones nuevas, algunas adoptaron la lucha armada para lograr el cambio social. Parte de ellas reivindicaron su inscripción en el peronismo. Durante la “Revolución Argentina”, las guerrillas peronistas fueron reconocidas por el propio Perón como parte del movimiento peronista, las denominaba “formaciones especiales”.
En 1967 un grupo de jóvenes, que habían participado de la resistencia peronista, crea las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP). El 29 de mayo de 1970, después del secuestro de Aramburu, aparece la organización Montoneros. 
En 1968, militantes de partidos de izquierda -Partido Comunista (PC) y Partido Comunista Revolucionario (PCR), fundaron las Fuerzas Armadas de Liberación (FAL). En 1965 se crea el Partido Revolucionario de los Trabajadores y su brazo armado, el Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP). También en 1970 se constituyen las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), conjunción de tradiciones político-ideológicas diversas como el marxismo, el guevarismo y el peronismo.
En un proceso posterior se fusionan las cuatro organizaciones peronistas, las tres mencionadas más Descamisados; bajo el nombre de Montoneros.

1970-1971. Roberto Levingston 

El Cordobazo, el Aramburazo y el estado de movilización permanente fue el ocaso de Onganía. La Junta de Comandantes lo depuso y lo reemplazó por el general Roberto Levingston, del ala nacionalista del Ejército. Condicionado por la Junta tuvo que renunciar en marzo de 1971.

Levingston anunció que con su gobierno se iniciaba “el segundo ciclo de la Revolución Argentina”. En octubre de 1970, reemplazó al ministro de Economía Carlos Moyano Llerena, discípulo de Krieger Vasena, y nombró en su lugar a Aldo Ferrer, un economista de la CEPAL. Ferrer buscó favorecer a la industria nacional con créditos y el aumento de los aranceles a las importaciones con límites al capital extranjero. Impulsó el “compre argentino”, medida por la cual todas las dependencias estatales debían adquirir bienes y servicios de empresas argentinas. Estas medidas no lograron frenar la protesta social contra la dictadura. Además, las contradicciones entre Levingston y la Junta favorecieron la reactivación de los partidos políticos. Los partidos de izquierda formaron el “Encuentro de los Argentinos” y la UCR, el peronismo y otros grupos menores la “Hora del Pueblo”.

El Viborazo

En marzo de 1971, se produjo un nuevo levantamiento popular en la ciudad de Córdoba conocido como el “Viborazo”. El objetivo fue resistir el nombramiento del interventor José Camilo Uriburu, un ferviente católico y defensor del corporativismo fascista, quien a los pocos días de asumir declaró que su misión era “cortar la cabeza de la víbora comunista” que anidaba en la provincia.

Los sindicatos combativos de Córdoba -Luz y Fuerza, Unión Tranviarios Automotor (UTA), el Sindicato de Trabajadores de ConCord y el Sindicato de Trabajadores de MaterFer (SITRAC-SITRAM), estos últimos conducidos por dirigentes del clasismo- reunidos en un Comité de Huelga, convocaron a un paro con ocupación de fábricas para el 12 de marzo. La protesta terminó con la muerte de Adolfo Cepeda, un operario de dieciocho años. Esto agudizó el descontento de la clase trabajadora cordobesa que votó una nueva huelga para el 15 de marzo. Finalmente, logran la renuncia de Uriburu y, después, la de Levingston. La Junta de Comandantes designó como nuevo presidente al general Alejandro A. Lanusse.

1971-1973. Alejandro Agustín Lanusse 

Lanusse se hizo cargo de la presidencia el 26 de marzo de 1971, con las Fuerzas Armadas desprestigiadas. Por primera vez aceptan la participación del peronismo en futuras elecciones, decisión objetada por algunos grupos castrenses.

Su ministro del Interior, Arturo Mor Roig, hizo una propuesta de “salida política”, el Gran Acuerdo Nacional (GAN). Para tener el control se acordaría con los partidos políticos un candidato de transición y una declaración pública que condenara a la “guerrilla”. Perón se opuso a esta condena. La iniciativa de Lanusse fracasó. Planteó que no podían ser candidatos quienes no residieran en el país antes del 24 de agosto de 1972 y se estableció la doble vuelta electoral -el ballotage- en el caso de que ninguna fuerza política alcanzara la mayoría absoluta de los votos.

El 17 de noviembre de 1972 Perón retornó al país luego de diecisiete años de exilio, respondiendo a la provocación de Lanusse: “Si Perón no regresa al país, no es porque no puede, es porque a Perón no le da el cuero para venir”.

La Masacre de Trelew

El 15 de agosto de 1972 un grupo de presos políticos se fugó del penal de Rawson, provincia de Chubut. Algunos lograron abordar un avión en el aeropuerto de esa ciudad con destino a Chile. Diecinueve no llegaron a tiempo, fueron recapturados y llevados a la Base Aeronaval Almirante Zar, ubicada en Trelew. En la madrugada del 22 de agosto fueron sacados de sus celdas y obligados a formarse en fila para ser fusilados. Sobrevivieron María Antonia Berger, Ricardo Haidar y Alberto Miguel Camps. Los tres serían víctimas del terrorismo de Estado que se instaura a partir de 1976.

12 DE DICIEMBRE DE 1973. ASUME JUAN D. PERÓN SU TERCER MANDATO

1973. Cámpora al gobierno, Perón al poder

Perón no podía ser el candidato presidencial del Frente Justicialista de Liberación (FREJULI) y, en consecuencia, eligió a Héctor Cámpora, su leal delegado personal. La juventud llevó adelante la campaña que desafiaba a los militares con la consigna “Cámpora al gobierno, Perón al poder”. El “tío” -como lo llamaba la Juventud Peronista (JP)- ganó las elecciones el 11 de marzo de 1973 con la fórmula encabezada por Héctor Cámpora y Vicente Solano Lima, con un 49,5 por ciento de los votos, superando por mucha diferencia a la encabezada por Ricardo Balbín de la UCR. El peronismo volvía a gobernar después de dieciocho años de resistencia.

La asunción fue el 25 de mayo de 1973. Cámpora, en su discurso, se refiere a la JP como una “juventud maravillosa”. Estuvieron presentes los presidentes socialistas de Chile, Salvador Allende y de Cuba, Osvaldo Dorticós.

La Plaza de Mayo desbordaba de militantes juveniles, los militares tuvieron que retirarse en medio del repudio público y una multitud se dirigió hacia la cárcel de Villa Devoto para pedir la liberación de los presos políticos encarcelados por el régimen anterior. Un decreto presidencial los indultó y, posteriormente, lo revalidó el Congreso Nacional al aprobarse una Ley de Amnistía.

Masacre de Ezeiza

Perón tenía que aterrizar en el aeropuerto de Ezeiza el 20 de junio de 1973. Coreando la consigna “vamos a hacer la patria peronista, vamos a hacerla montonera y socialista” infinidad de jóvenes se movilizaron hacia el aeropuerto. Sobre la ruta estaba el escenario controlado por los organizadores del acto comandados por José López Rega, el entonces Ministro de Bienestar Social. Ellos abrieron fuego sobre la multitud provocando una gran cantidad de muertos y heridos en lo que se conoció como la Masacre de Ezeiza.

El 13 de julio de 1973 -a los cuarenta y nueve días de haber asumido- renunciaron Héctor Cámpora y Vicente Solano Lima. Desde ese momento, Raúl Lastiri, yerno de José López Rega y presidente de la Cámara de Diputados, asume la presidencia provisional de la Argentina. 

1973-1974. Juan Domingo Perón, tercera presidencia 

El 23 de septiembre de 1973 la fórmula integrada por Perón e Isabel Martínez de Perón ganó con el 62 por ciento de los votos, obteniendo una diferencia contundente frente a la fórmula de los radicales Ricardo Balbín y Fernando de la Rúa.

Perón le sugiere al presidente Cámpora que nombre a José Ber Gelbard como Ministro de Economía. Gelbard, vinculado políticamente al PC, era el referente histórico de la Confederación General Económica (CGE), una corporación que representaba a los empresarios nacionales, particularmente a los pequeños y medianos, cuyos productos y servicios estaban orientados al mercado interno. Gelbard permaneció en el cargo hasta octubre de 1974. Como ministro implementó el Pacto Social -acuerdo CGE-CGT- que logró el crecimiento de la economía y de la producción industrial y la mayor participación de los salarios en el ingreso nacional. También aumentó el consumo interno, bajó el desempleo y la inflación, reguló el sistema financiero y se nacionalizaron los depósitos bancarios, con el objetivo de controlar las fugas de divisas de los bancos, las empresas transnacionales y los sectores más ricos. A estas políticas, se sumaron los buenos precios para las exportaciones agropecuarias.

Sin embargo, a finales de 1973 cambió el contexto económico internacional cuando, en el marco de un conflicto bélico en Medio Oriente, las principales naciones petroleras -agrupadas en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP)- aumentaron sustancialmente los precios de los combustibles y desataron lo que se conoció como la “crisis del petróleo”. Esa situación se tradujo, para la Argentina, en el incremento de los precios de los insumos y productos importados, generando una presión inflacionaria de origen externo y ocasionando el descenso de los precios de los productos agropecuarios exportables. Con este panorama, Perón no logró controlar el desgaste del Pacto Social y el aumento de la puja distributiva entre patrones y trabajadores. 

1974-1976. Isabel Martínez de Perón 

Perón murió el 1º de julio de 1974 e Isabel se hizo cargo de la presidencia. El Pacto Social ya estaba resquebrajándose y la derecha peronista cobraba cada vez más peso en el gobierno y en la CGT, con la asunción del ministro López Rega como Secretario General de la Presidencia y con un sector de las 62 Organizaciones, liderado por Lorenzo Miguel, al frente de la CGT.  Gelbard renunció en octubre de 1974 y fue reemplazado por Alfredo Gómez Morales.

En septiembre de 1974 se sanciona la llamada Ley de Seguridad, que castigaba con prisión a quienes protagonizaran conflictos laborales declarados ilegales y prohibía las ocupaciones de fábricas, considerándolas “subversivas”. La declaración del Estado de Sitio, en noviembre de 1974, reforzó la persecución contra los sindicatos combativos. Muchos referentes sindicales combativos, como Raimundo Ongaro -gráficos bonaerenses-, René Salamanca -SMATA, Córdoba- y Agustín Tosco -Luz y Fuerza, Córdoba- fueron desplazados de sus cargos y perseguidos por la policía durante los primeros meses del gobierno de Isabel. Eso no evitó que hubiera conflictos. En marzo de 1975, en la planta de Acindar de Villa Constitución se inició una larga huelga y ocupación de la fábrica, liderada por el sindicalismo “clasista” que conducía la seccional local de la UOM, oposición de Lorenzo Miguel. Usando la Ley de Seguridad y con el apoyo de la patronal, reprimieron y encarcelaron masivamente a los trabajadores.

El inicio del proceso de aniquilamiento de las fuerzas revolucionarias 

La represión ilegal, con amenazas y atentados, sembró el terror entre los trabajadores más movilizados. Entre ellos, la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A) -grupo parapolicial creado por López Rega y el comisario Villar en 1973 durante el gobierno interino de Lastiri y un sector del sindicalismo, la policia federal y las Fuerzas Armadas- que persiguió y asesinó a militantes políticos, estudiantes, sindicalistas, artistas, intelectuales a partir de 1974. Fueron responsables de la desaparición y muerte de aproximadamente setecientas personas. Su acción continuó hasta 1976 y algunos de sus miembros se integraron a los Grupos de Tareas de la dictadura. También irrumpió la Concentración Nacional Universitaria (CNU), que fue una organización estudiantil de extrema derecha, fascista, surgida en 1971 en Mar del Plata y La Plata y se autodefinían como peronistas de derecha. Antes del golpe, se vinculaban con la Triple A y cometieron cerca de cincuenta asesinatos de militantes políticos y sindicales. Después del golpe, algunos de sus integrantes también pasaron a formar parte de los Grupos de Tareas.  

Rodrigazo 

En octubre de 1974 Gelbard tomó una serie de medidas como la nacionalización de cinco bancos de capital extranjero y de las estaciones de servicio de Esso y Shell, así como la anulación de los contratos telefónicos firmados con Siemens e ITT. Los grandes empresarios boicotearon disminuyendo las inversiones, violando acuerdos de precios que generaron inflación. Entre los ministros que lo sucedieron, el más renombrado fue Celestino Rodrigo. Sus primeras medidas tuvieron consecuencias sociales y políticas: dispuso una devaluación del peso de entre el 100 por ciento y el 160 por ciento, un incremento en las tarifas de los servicios públicos que en algunos casos superó el 100 por ciento, una suba de los combustibles del 180 por ciento  y la autorización de fuertes aumentos en los precios.

El Rodrigazo alimentó el clima de protestas y el malestar entre los trabajadores, que decretaron un paro general por 48 horas para el 7 y 8 de julio. El gobierno terminó aprobando acuerdos salariales que recompusieron los ingresos de los trabajadores. Renunciaron los ministros López

Rega -que además se fue del país- y Celestino Rodrigo. Las manifestaciones desatadas frente al Rodrigazo fueron determinantes para el apoyo de los grandes grupos económicos al Golpe de Estado. Esta situación produjo un reflujo de las movilizaciones populares.