Las del puerto

La vida, un río

Patricia Machado

CABA, Argentina

Alguna vez me subí a la ventana de mi celda, miré y sentí la caricia de la tarde. En el cielo, una pequeña nube blanca que parecía dibujar un conejo. Allí pensé este poema:

La tarde canta amarilla
su canción de pajaritos
y el sol en el horizonte
muy cansado y desteñido
se va cayendo del cielo
para quedarse dormido.
Una nube blanca, blanca
con orejas de conejo
duerme en el cielo celeste
y el viento la va hamacando
como yo te hamaco en sueños.
Audio: La tarde canta amarilla su canción de pajaritos

Allí nacía mi tercera canción pero todavía no lo sabía, era recién un pequeño poema en mi cabeza. Es mas, me pregunte si alguna vez me acordaría de aquel bonito atardecer subida a la ventana de esa celda. Y me acorde siempre, en los casi 40 años que llevo construyendo y viviendo mi libertad.

Otros temas musicales asomaron en el marco de la cárcel y más tarde constituyeron mi disco, al que titulé “Rompiendo Muros”

Alguna otra vez pensé: “Cuando salga en libertad lloraré mares”. Pero eso no sucedió ni cuando salí y me recogieron les padres de Claudita Kon frente a la cárcel; ni cuando llegue a mi pueblo, ni cuando toda mi familia unida me esperaba en el departamento de San Vicente, Córdoba. Hoy y ya lejos, no evito que las lagrimas caigan a montones. Quizás entonces, se quedaron suspendidas para no mojar aquel tan esperado reencuentro.

El cerrojo del dolor seguía funcionando. Con el paso del tiempo encontré cuanto dolía la perdida de mis hijxs pequeños. La libertad vendría con mi hueco de ellos, y mi libertad para ellxs con el hueco de mí. Pasa que la vida es como un río, no vuelve, y sigue su curso de río en su naturaleza, como las madres. Y los amuche como pude y como supe. Mucho tiempo después he llorado mirando sus fotos de pequeñxs, o escuchando la tarde con sus ruidos, su sol, y la lejanía de sus días pequeñitos. Tuve infinidad de sueños en donde olvidaba o perdía a mis hijxs pequeñxs. Pero estas cosas no se cuentan, se llevan como pequeños agujeros que nos conforman hasta que un día comprobamos que mutuamente nos fuimos sanando de tiempo y ausencias.

Como militante en libertad tenía muy claro que en toda oportunidad, era necesario hacer conocer lo que vivimos, lo que la dictadura hizo también puertas adentro, y lo hacía. Decididamente el mundo no estaba mejor. Cuando hablaba con la gente, en general vecinxs del barrio, sentía que me miraban con extrañeza. Teníamos una sociedad mutilada de casi una generación y mucha gente parecía no haberse dado cuenta.

Nos separamos con el padre de mis hijos al poco tiempo de su libertad, lo que disgustó mucho a sus padres, una familia sumamente golpeada por la dictadura militar. Sus perdidas eran también mías, por que éramos familia. Nos alejamos y siempre los tuve en mi corazón. La vida les llevo temprano, mutilados de hijos y nietxs. Un duelo multiplicado por seis. Es por esto que necesito homenajearles en estas líneas, por ser los héroes anónimos de una resistencia dolorosa como tantas familias. David Lanuscou, (padre) Sara Cabagliatto, Presentes, Ahora y Siempre!! Estarán en nuestra memoria y en nuestro corazón. (Como Roberto (28) Amelia (25) Jorge (27) Robertito (5) Barbarita (4) y Matilde 6 meses). – El 03/09/1976 fuerzas conjuntas les asesinaros con sus niños en un feroz operativo en San Isidro BsAs; Luego se comprobó que Matilde estaba desaparecida y que posiblemente era o es Marcela Noble.

No es justo hablar de libertad sin hacer algunas referencias, siempre anónimas a la hora de la historia contada. Me refiero nada más ni nada menos que a quienes acunaron, calmaron el llanto, cuidaron y se esforzaron por colmar los días de nuestrxs hijxs. Mabel mi hermana menor tenía 22 años cuando se hizo cargo de David, de un año y diez meses. -A sus 23 se casaron con Iván y fueron sus “padres adoptivos”, sin proceso previo, como el que da la espera del hijo propio.- Recuerdo esto y es imposible no tener su imagen en la lejanía como tampoco imposible no llorar.

“Algún día (…) te contaré la nostalgia… en un muy largo cuento, de tu niñez de sobres, de las cartas abiertas, de un remitente oscuro y nada más. De nuevo, volveremos despacio, tal vez a tu juguete, y me surja decirte nada más, era un cuento. Vístete de alegría, salgamos niño mío, la calle está desierta, busquemos a mamá para seguir el cuento.”- Mabel.

En el caso de Natalia, fueron René Centeno, y Chita Omil Butteler, quienes agregaron una hija más a la familia, por que así la quisieron.

Cercanas las elecciones del 83, y en un devenir casi natural conocí a quien sería mi compañero. Ambos veníamos del peronismo revolucionario y teníamos situaciones similares. (Parejas anteriores e hijxs).

1984- En un día de Febrero, llegábamos a la Ciudad de Río Cuarto; mis dos hijxs, Jorge y yo. Una relación reciente, y fuertes convicciones de vida. Así comenzó nuestra vida en familia. Buscar una escuela pública donde irían David y Natalia; ser ambos parte de la Cooperadora; éramos familia ensamblada y había que poner los ladrillos desde el comienzo. Emoción, cariño, y por qué no decir orgullo, al recordar todo. Experiencias a grandes rasgos, en donde se funde la política con la vida misma por que esa es nuestra esencia. Jorge comenzó a trabajar en la Universidad y yo a buscar mi lugar en esa ciudad. Así llego mi participación en la Mesa ejecutiva del Foro de los Derechos Humanos de Río Cuarto, impulsado por Susana Dillon, referente de madres de plaza de mayo. Mi militancia en el barrio, y en mucho de lo que Jorge fue impulsor necesario; como la Construcción de la CTA en esa Ciudad. Allí nació nuestra hija Marina, la hermana menor de David, Natalia y Mariano. Reflexiono, y encuentro que nuestra vida en libertad no es una experiencia ni varias; es la vida misma corriendo como el agua, son los vientos empujando nuestros deseos de vivir, siendo coherentes con nosotrxs mismxs. Construyendo una historia que la hacemos siempre con otros y otras y allí están también nuestros hijxs, creciendo, sanando, dibujando sus propios deseos.

1994- Decidimos radicarnos en la Ciudad de Buenos Aires. Nuevamente la búsqueda desde donde y como hacer la vida en esta gran ciudad desconocida. Nuevamente las Escuelas, Inscribí a Marina- de siete años- en el Normal Nº 9 de Callao Y Corrientes. La Cooperadora como 1er paso de inserción en la comunidad. Fue una experiencia maravillosa! Cuatro años, fui presidenta de la cooperadora; aprendiendo, enfrentando dificultades, tejiendo vínculos. Con el Centro de Estudiantes, acercamos a las Madres de Plaza de Mayo por primera vez a la escuela, y fue una experiencia conmovedora. Fue abrir una ventana importante al conocimiento y a la confianza de esa historia reciente. En los tiempos de La Carpa Blanca, mi compañero miembro de la CTERA era ayunante, y la Carpa se convirtió en el refugio de Marina -nuestra hija menor- cuando salía de la Escuela. Mi tiempo se repartía entre Escuela y Barrio. Nuestros hijxs más grandes ya eran, poco más que adolescentes. Creímos entonces que nos necesitaban menos, y nos equivocábamos. Nos hicieron saber por diferentes maneras, que para ellos, eran más cálidos sus lugares bajo el sol y el cielo Cordobés.
Luego vino mi trabajo en la Escuela Marina Vilte de CTERA, se puso en marcha un proyecto que proporciono que, docentes de institutos de Formación Docente, pudieran acceder a títulos de postgrado. La Univ. Nac. del Comahue- UNC – legitimaba los títulos y la EMV, ponía profesores y contenidos. La CTERA aún no tenia estructura física para hacerlo y muchas escuelas y/o sindicatos prestaron sus aulas y/o salones que se convertían una ves x mes durante dos días, en las aulas que se llenaban de docentes de casi todas las latitudes del país. Era mi tarea hacerlo posible. Sin ser docente y desde la parte administrativa, a este proyecto además del cuerpo, le puse “alma, corazón y vida”. Es un orgullo saber que en cada lucha ambientar hay un egresado de la Escuela Marina Vilte de CTERA. Su nombre hace honor a una maestra jujeña desaparecida en 1976.

El 2001, no paso desapercibido para nadie. Y allí estuvimos poblando las asambleas. Troilo y Corrientes (mi), nuestro lugar hasta que se despoblaron y “No se fueron todos”. En el mismo año terminaba mi carrera en Psicología Social; y comenzaba mi formación en Psicodrama.

La Usina Cultural del Sur, de Almagro, nació en 2008. Fui y soy parte de su existencia. Un lugar donde las energías se movían y producían efectos. Como el cine debate; Las Charlas sobre diferentes temas sociales y políticos; Los Cursos de Formación Política, y fundamental, de allí y gracia a la juventud de La Usina, surge mi candidatura para luego ser parte integrante de la Junta Comunal de la Comuna 5 -Almagro Boedo-. Nacimiento de las comunas en la Ciudad de Buenos Aires, (Elecciones 2011). -Estos fueron apenas esbozos de vida; donde vamos dejando, recogiendo, transformando. Tengo en construcción un nuevo disco; Nuestros hijxs son grandes y cada cual construye su propia historia. Soy (somos) abuela de cinco nietas y tres nietos. Me hice vegana para que no me duelan los animales en los huesos. Me case en Octubre del año 2019 con Jorge, mi amor de la libertad. – por que nunca dejamos de decirnos te quiero/y los hijos de ambos fueron los hijos nuestros/ y a tanto desafío, le pusimos el alma!/ y a la hora difícil, le pusimos el cuerpo/ por que le gusta a él dormirse en mi regazo/ a mi siempre me gusta cuando llega/.

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