Entre sierras valles y ríos

Mi hermano

Elda Toranzo

Unquillo, Córdoba, Argentina

Fui detenida en Córdoba en agosto de 1975 y trasladada a Villa Devoto en septiembre de 1976. Una de las actividades en las que ocupé tiempos y energías después de recuperar la libertad fue -junto con compañeras y compañeros que compartieron años de cárcel y sufrieron pérdidas de vidas queridas muy cercanas- sumarme a las iniciativas que levantaron la memoria de los ex presos fusilados en la cárcel penitenciaria del barrio San Martín. Allí también estuve alojada. Además, luchar para que se investigaran los fusilamientos y muertes allí ocurridas. En mi caso especialmente por mi hermano, Arnaldo Higinio Toranzo, el más joven de los fusilados. Por eso dedico este espacio especialmente a honrar su memoria.

Arnaldo nació el 11 de enero de 1956 en San Francisco del Chañar, donde pasó su infancia en una familia numerosa, trabajadora y humilde. Fue un niño mimado y muy querido por nuestros padres. De chico fue muy especial: era alegre, muy bueno y muy inteligente. Le gustaba cantar. Cuando tenía tres o cuatro años mi papá lo hacía cantar en las reuniones familiares y él era toda alegría, siempre riéndose.

Cursó la primaria en la escuela General San Martín de nuestro pueblo, San Francisco del Chañar, al norte de la provincia de Córdoba. Los estudios secundarios los realizó en el Seminario Menor de Jesús María. Recibió una sólida formación cimentada en los valores de la solidaridad y la justicia. Y comenzó a practicarla en barrios de Jesús María con otros seminaristas, también desde el movimiento de Scout. Desde muy joven fue responsable y comprometido con los ideales sociales y políticos que iba descubriendo. Como yo trabajaba en la fábrica de galletitas Lía, me pedía que gestionara la donación de sus productos para el Día del Niño, o azúcar para llevar a los barrios humildes donde se movía. Como scout les enseñaba a los niños del barrio a hacer nudos, caminatas y organizarse en patrullas para ir a campamentos en las sierras.

A los diecinueve años, después de terminar sus estudios secundarios en Jesús María, comenzó el primer año del profesorado de Historia en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). En la ciudad de Córdoba siguió vinculado con el cura Máximo Layús, que había sido su profesor en Jesús María y estaba de párroco en el barrio Talleres, donde vivía con varios ex seminaristas. Sus hermanos y hermana también se habían radicado en Córdoba. Además de trabajar y estudiar se habían sumado a la militancia política en el Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo (PRTPartido Revolucionario de los Trabajadores. Fue un partido político de tendencia marxista-leninista de argentina. Su apogeo tuvo lugar entre 1965 y 1977 cuando fue desarticulado por la represión estatal. -ERP). Arnaldo Higinio fue el único de los hermanos que se incorporó a la Juventud Peronista (JP), que respondía a MontonerosOrganización político militar peronista surgida en la década de 1970 cuyo objetivo era luchar contra la dictadura gobernante y lograr el retorno de Juan Domingo Perón al país, elecciones libres y sin prescipciones y un socialismo nacional..

En octubre de 1975 fue detenido en nuestro domicilio. Llegaron policías de la Dirección de Informaciones (D2) con orden de allanamiento y llevaron a mis dos hermanos: Raúl y Arnaldo. A mí me habían detenido en agosto de ese mismo año. 

Fue alojado en la cárcel penitenciaria del barrio San Martín en el pabellón de presos políticos. Uno de sus compañeros de prisión lo recordó así:

“Participaba de nuestra ranchada en el pabellón 8, donde estaba alojado en la celda 10 con varios más. De allí fue retirado con Gustavo De Breuil el 12 de agosto de 1976. Del pabellón 6 sacaron al doctor Hugo Vaca Narvaja. El cuarto retirado fue Eduardo De Breuil, hermano de Gustavo, a quien obligaron a presenciar el fusilamiento en un descampado en las proximidades del Chateau Carreras, retornándolo a la cárcel para que nos contara lo sucedido y nos sirviera de advertencia. Torancito era el más joven. Siempre pensamos que fue elegido precisamente por eso, para escarmentar la participación de los jóvenes en la política”.

Los familiares e hijas e hijos de los presos y las presas fusiladas y fusilados siempre pudimos tenerlo presente en los homenajes a los fusilados de la Unidad Penal N° 1, que todos los años realizamos, exigiendo juicio y castigo a sus asesinos. Esto llegó en 2010, cuando los genocidas Jorge Rafael Videla, Luciano Benjamín Menéndez y una treintena más de criminales fueron condenados por los veintinueve compañeros y compañeras de la penitenciaría de San Martín asesinados entre abril y octubre de 1976.

La urna con los restos de Higinio fue colocada junto con otros y otras militantes políticos en el Memorial a los Desaparecidos, que en 2004 construyó la municipalidad de Córdoba en el cementerio San Vicente sobre el mismo sitio donde fueron encontradas las fosas comunes. Este hallazgo permitió la identificación de quienes habían sido enterrados allí como NN por el terrorismo de Estado.

Arnaldo luchó por lo que le parecía justo. A pesar de su juventud, tenía claro sus objetivos y militancia. Así lo recordaremos siempre. Por ese motivo se quiso dejar su huella en nuestro pueblo, que lo vio nacer. Aunque habían trascurrido casi cuatro décadas de la caída de la dictadura militar más sanguinaria de la República Argentina, todavía se podía sentir la desinformación y el atraso en que estaba sumido nuestro viejo y querido pueblo que aún permanecía hundido en un pesado sueño de temor y tristeza. Sus transeúntes se mostraban sorprendidos. Miradas atónitas de vecinos que se acercaron daban un marco particular al acto de homenaje, que promovió el Ministerio de Justicia y DDHH de Córdoba, a cargo del doctor Luis Eugenio Angulo, en el programa Pueblos con Memoria, el 3 de noviembre de 2017. Pudimos hacerle un reconocimiento público en la plaza central de San Francisco del Chañar. Con una importante presencia de vecinos y familiares, además de las autoridades municipales del pueblo, la legisladora provincial María Emilia Eslava y el apoyo incondicional del ex director de DDHH de la municipalidad de Córdoba, Vitín Baronetto. 

En el mural ubicado en el centro de la plaza quedó instalada la placa de mármol que perpetúa la memoria de este hijo del pueblo, que un día partió buscando un mejor horizonte para todos y todas, especialmente los más necesitados de ese humilde, sufrido y muchas veces olvidado pueblo del norte cordobés. Higinio Arnaldo Toranzo volvió a su pueblo para quedarse en aquel mármol, como otros ya colocados en ese sitial, para que las nuevas generaciones tengan presente, cada vez que concurran a su plaza, la memoria de todas y todos los que dejaron su huella para una sociedad más fraterna y justa, que siempre será necesario seguir construyendo. 

Este fue un demorado acto de justicia que reivindicó la lucha y el valor de este joven peronista montonero, preso político en manos de la dictadura militar del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional que aplicó el terrorismo de Estado. Y en él, a muchos y muchas otras que se comprometieron por un cambio revolucionario. Sus compañeros de militancia, como sus familiares, sentiremos el alto honor de haber sabido que enfrentó al igual que sus compañeros, con mucho valor y con mucha dignidad a los criminales que lo fusilaron cobardemente por defender la causa nacional y popular, que siempre seguirá siendo lo más importante. Con esa actitud humilde y heroica nos obligó a comprometernos a seguir su lucha, en este camino de honor y gloria. Compañeros fusilados de la Unidad Penal N° 1 de Córdoba, Hasta la Victoria Siempre.

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