Bonaerenses

Militando

Beatriz Castro

Mar del Plata, Buenos Aires, Argentina

Desde que salí en libertad estoy militando, siempre en el territorio. 

Me costó ubicarme pero me ubiqué, en un barrio de Merlo. Ya en 1984 estaba ocupando un cargo como directora de Atención Primaria de la Salud en el municipio. Durante el gobierno de Cafiero llegamos a tener treinta unidades sanitarias que fuimos armando junto con la gente de los barrios sobre la base de sus demandas y necesidades. También trabajé en un instituto de menores.  

Cuando mis hijas fueron más grandes me mudé a Mar del Plata, donde seguí trabajando -igual que en Merlo- en Participación Comunitaria en Salud, con la gestión de Adela Segarra.  

Participé de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) donde las personas sin empleo podían afiliarse. Desde el movimiento barrial trabajé con los compañeros que recibían “planes sociales”: les enseñé a coser a unos y a tejer a otros con las maquinitas que tenían. También a cortar con la máquina industrial grande ¡Terminamos armando una cooperativa, la 27 de Octubre! Era la encargada y fui la presidenta dos veces. Hacíamos guardapolvos y chalecos antibalas. En Mar del Plata fuimos construyendo un movimiento cooperativo muy importante. 

A modo personal, integré los grupos de Memoria, Verdad y Justicia con Abuelas de Plaza de Mayo y con Hijos. Fui a declarar en la megacausa de Campo de Mayo, en San Martín. Después de eso, me metí de lleno a trabajar en el Faro de la Memoria. 

Hace unos años creamos La Enramada con varios compañeros. Hacemos dulces, pan casero, las compañeras trabajan mucho. Yo ahora estoy en casa haciendo remeras de Paka Paka -acá tengo a San Martín, Belgrano y Zamba-, delantales sin mangas para las maestras y tapabocas. Los van a vender las chicas porque yo, por la edad, no debo moverme de casa. Me la banco perfecto, estamos todo el tiempo comunicadas con las compañeras. Hacemos reuniones y estamos discutiendo qué hacer con lo que se viene: la pandemia marcó un ciclo, vamos a tener que convivir con ella. Estamos pensando en nuevas formas de armar cooperativas de trabajo para los compañeros.  

Tengo tres hijas grandes -profesora, maestra y licenciada en Ciencias de la Comunicación-, un hijo en el Chaco -que es electricista- y el más chico que vive conmigo.  

Ahora ando mejor de mis dolores, cuidándome… y con las compañeras que siempre están… la Yuyo siempre viene de pasada y me saluda. Ayer estuvo en casa, con su regalo de siempre. Ella sabe que a mí me gustan mucho los dulces. Esta vez, me trajo dulce de mango hecho por ella ¡Me mató! 

Soy hija de guaraníes, con mi vieja comíamos frutas, las más ricas que existen: paltas -como le dicen acá- y mangos. Yo nací chupando mangos, me crié hasta los nueve años comiendo mangos.  

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