Entre sierras valles y ríos

Mis pasos

Miriam Liliana Salvador

Mina Clavero, Córdoba, Argentina

Amante de los espacios verdes y con serranías de ser posible -no tan cerca del “mundanal ruido” y del estrés cuasi “citadino”- nos instalamos con mi compañero, a finales de 2006, en un pueblito del oeste cordobés: Nono.

¡Habían pasado ya más de veinte años desde mi retorno a la libertad! Los primeros años fueron de “reinserción” familiar, de acompañamiento a la Comisión de Familiares de CórdobaOrganismo de DDHH que reúne a familiares de detenidos desaparecidos y de presos políticos., de empeño para integrarme a las actividades sociales y políticas y también de trabajo. En esa búsqueda, allá por 1984, me vinculé -junto con otros compañeres- a un grupo de ex curas y laicos tercermundistas que venían bregando con una mutual desde los finales de la dictadura, con “ambición” de construir una cooperativa.

Casi simultáneamente con algunos integrantes de ese grupo y otro de compañeres ex preses polítiques constituimos una cooperativa de servicios domiciliarios e institucionales. SoluciHogar fue su denominación comercial. Fue algo muy novedoso en el mercado local. Fue una salida laboral con la condición de que quien iba consiguiendo trabajo en otro lugar cediera el espacio a otro compañero ex preso político. Mi función fue la de recibir los pedidos de trabajo, comunicárselo a los “operarios” y estimularlos para el cumplimiento de las tareas.

En paralelo a esta actividad participaba con aquel grupo tercermundista de encuentros -en los predios claretianos bajo el lema: “Solos somos individuos tratando de sobrevivir, juntos somos hermanos (hoy sería ¡hermanes!) luchando por vivir”- y reuniones en diversas casas, que se repetían periódicamente. El objetivo era la cooperativa Solidaridad, de “Crédito, Consumo y Vivienda”,  que luego de mucho tiempo transitando los pasillos de la burocracia logramos constituir. Recuerdo que las trabas leguleyas eran, principalmente, por el perfil referido a “crédito”. Claro, eran esas las necesidades de la mayoría de los integrantes de la flamante cooperativa y nadie iba a resignar lo postulado. Nunca se transformaría en una entidad financiera, como presumían en Fomento CooperativoOrganismo que regula el funcionamiento de las cooperativas. de aquél entonces, que de “fomento” no tenía nada.

Así las cosas y con esa necesidad de participar por los ideales de un mundo mejor, me sumé a la militancia en el Movimiento Todos por la Patria (MTPOrganización política integrada por militantes de organizaciones revolucionarias que actuó entre 1986 y 1989. Se disolvió luego del intento de Copamiento del Cuartel de La Tablada en enero de 1989. ) que a nivel provincial y en términos electorales devino en el Movimiento CordobésPartido vecinal de organizaciones barriales que sobrevivió a la dictura cívico militar y que participó de las elecciones a intendente y concejales en octubre de 1983.. Pienso que fue una muy buena experiencia política pero con un final no deseado, ni esperado. A las dolorosas pérdidas de compañeres -algunos familiares- en los años de la dictadura se sumaron otras con esta experiencia: mi cuñado Carlos Samojedny, entre otros tantos compañeres.

Mientras reniego para hacer un pequeño pozo en un suelo pedregoso y con mucha caliza, para plantar una rosa, una parra o un nogal, en este terruño transerrano, revivo mi adolescencia con olor a peperina, dulces caseros y pastelitos en la rivera de Mina Clavero. Y otro vuelo imaginario me transporta al barrio de las 25 Viviendas, en Villa Alllende -fruto de aquella cooperativa Solidaridad– donde el suelo es bastante más amigable para la pala y mis fuerzas. También se van renovando los recuerdos de esa etapa. Además de organizarnos como barrio nuevo -plaza y juegos para nuestros niñes, la escolarización, transporte hasta el centro, etc.-, previo consenso con mi compañero y nuestros hijes, comencé con Patricia Bardach, Pacha, la carrera de psicología en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Con esfuerzo y el apoyo familiar nos graduamos como Licenciadas. Se abría así otra posibilidad de trabajo.

La actividad ambientalista en Traslasierra estaba bastante activa allá por 2007 y 2008, debido a que se estaban realizando cateos uraníferos en las Sierras Grandes, justamente en el faldeo del acuífero de Mina Clavero y Nono. Con mi compañero nos sumamos activamente a las numerosas y reiteradas asambleas en la plaza del pueblo -con mates de por medio- y con movilizaciones, hasta que se logró detener el emprendimiento minero. Pero la arremetida continuaría con más asambleas populares para impedir la concreción de un importante emprendimiento inmobiliario en la margen derecha del río Los Sauces, próximo a Los Nonos. Entender y superar la dicotomía entre los “nacidos y criados” y los “venidos y criados”, muy presentes en las localías, fue un aprendizaje en este compartir objetivos en espacios comunes.

Así van pasando los años entre pericias psicológicas -especialidad que cursé; me registré como perito oficial, no de planta permanente-, viajando a la ciudad de Córdoba y militando e integrando una lista como Unidad CiudadanaCoalición electoral para elecciones legislativas de 2017. Los diputados electos actualmente integran el Frente de Todos., presentándonos como una alternativa al bipartidismo tradicional en el municipio local en 2015 y 2019. Teniendo claro cuáles serían los resultados en ambas oportunidades, lo central era compartir mi experiencia con la juventud, aportando lo vivido en ese sentido.

La persistencia con lo social y lo político es como la sombra, no me abandona: “Ni muertas ni locas, vivas y pensantes”. Por eso, en la actualidad y dando continuidad a aquella experiencia electoral, participo en la constitución de una asociación civil que, como herramienta, brinda esperanzadoras perspectivas para aportar solidaria y organizativamente a nuestro pueblo.

Más allá de mi voluntad y mis ideales, muchas de estas actividades no hubiesen sido tales sin el inquebrantable apoyo de mis hijes, mi compañero y el amor de mis nietes y familia. Familia con la que, además de compartir alegrías, pérdidas, dolores y esperanzas, también disfrutamos del susurrar del agua cristalina que, saltarina entre los cantos rodados, bajan como ríos desde los cerros.

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