Gladys Baratce, Teresita Gauna, Adela Gutierrez, Estela Robledo, Alicia Schiavoni, Marta Toranzo
CABA
Nosotras, en Italia, armamos un equipo para este trabajo, con sus avances y retrocesos, ya que las emociones tan fuertes manejaban el tiempo.
Nosotras fuimos eso, cada una con sus posibilidades, estimulándonos y acompañándonos.
Hermosa experiencia de nosotras hermanadas en la misma historia.
(Alicia)
Tiempo antes de que el libro Nosotras, presas políticas fuera dado a luz supimos, por vías indirectas, que en Argentina un grupo de compañeras estaba juntando cartas escritas desde la cárcel. En el 2006 conocimos el motivo: se había publicado un libro que, en un trabajo de escritura colectiva, narraba vivencias del dolor, pero sobre todo de la solidaridad y de la resistencia que el colectivo de detenidas políticas había sabido construir. Lo leímos y sentimos que -aunque no hubiésemos participado- nosotras también estábamos allí, éramos cada relato. El libro era también nuestro.
Estela cuenta:
“En el año 2006 (30° aniversario del golpe de Estado en Argentina), en Turín, se constituyó un comité para organizar eventos en función de mantener viva la memoria. Pierluigi Paolillo, que participaba como miembro del ANPI (Asociación Nacional Partisanos de Italia), había leído el libro Nosotras presas políticas, y enseguida se mostró entusiasmado por hacerlo conocer. “Es un libro para traducir y hacer conocer en todos los ámbitos, estudiantiles, culturales, sociales, sindicales”, me dijo.
En julio del mismo año volvimos a encontrarnos en la inauguración de un mural Link Mural Caluso dedicado a todas aquellas personas emigradas a Argentina en busca de un futuro mejor. Allí estábamos nosotras y también Pierluigi. Comenzamos hablando de la posibilidad de editar el libro en italiano. Su compromiso era buscar a alguien que se “enamorase” del libro. Lo encontró, era Gianni Minà Director de la colección “Continente desaparecido” dedicada a realidades y autores latinoamericanos que fue publicada en el año 2008. Nosotras teníamos que ocuparnos de la traducción.”
La traducción fue llevada a cabo por dos traductoras que trabajaban para la editorial. Nosotras releíamos el trabajo, para mantener lo más fielmente posible el texto original, en términos del contenido y de las emociones que transmitía. No nos habíamos imaginado que ese trabajo de lectura y control nos transportaría al interior de nosotras mismas y recrearía momentos intensos que habíamos compartido durante años.
Cuenta Alicia:
“Entrar en el libro fue como entrar en un espacio desconocido. Un camino que nos llevaba a reencontrarnos con tantos nombres de compañeras. Teniendo el libro en nuestras manos, acariciando sus hojas, acariciábamos tantos recuerdos, tantas anécdotas tan llenas de vida, de emociones, de dolores individuales y colectivos, de humor (¡ay, el humor!) que hacían de puente para que desapareciera de nuestras mentes todo lo prohibido, lo programado para la destrucción de nuestro colectivo.”
Dice Adela:
“Ya hacía diez años que mi trabajo era el de dar voz, mediando a través de la traducción, a inmigrantes y refugiados que accedían al sistema de salud. Allí había aprendido que cuando en una traducción no se encuentra una palabra que concentre todo el significado, ese es el momento de detenerse a narrar el contexto que le da sentido. Y así fue como nos detuvimos a contar lo que era una “paloma” , un“jarreo”, la bicha, bichar, perejil – lechuga: perejil o garrones, las calesitas.
Todo se llenó de recuerdos, risas, y el idioma nuevo se hizo más maleable, como si nos lo hubiéramos apropiado adhiriéndolo a nuestra historia”.
Fue un periodo de más de un año, que requirió también fases burocráticas, como la definición del contrato entre la editorial italiana y la Asociación Soles Secretos para la Recuperación de la Memoria Histórica.
Nosotras creamos los contactos, tradujimos los correos electrónicos y nos consultamos sobre el título del libro, la forma y los colores de la tapa. Con la editorial todo esto fue discutido para resolver algunos desacuerdos.
Gladys cuenta:
“Releyendo los correos electrónicos de ese periodo, pensé en cuánta energía teníamos y pusimos. Y cuando llegó la fase final llegaron también la alegría, los sentimientos, los abrazos. Recuerdo la emoción cuando un día, recorriendo los estantes de una de las librerías más grandes e importantes de Roma, encontré nuestro libro.”
La elección del título del libro fue más compleja de lo que imaginábamos. La sola traducción de las palabras Nosotras presas políticas no bastaba -según el editor- para que el título diera cuenta del contenido. Era interesante ver cómo, cuando una historia correspondiente a un país se cuenta desde otros meridianos, esa historia se contamina y se entrecruza con otros recuerdos. Así fue cómo el título no incluyó la dimensión de la vitalidad que hubiéramos querido. Pero todos los conocidos que lo leyeron, en distintas formas, nos hicieron llegar la fuerza que el libro transmitía. Como dijo una compañera:
…“no es un texto melodramático, o sea que no se asocia a la oscuridad sino, por el contrario, a la vida. Esto estaría sintetizado en las palabras de Eduardo Galeano cuando dice: ‘ellas dan testimonio de los secretos soles que escondía aquella noche’, con las que nos sentimos identificadas. El relato se centra más que nada en la resistencia.”
Y en poco tiempo el hermano de Nosotras dirá lo suyo -lo mismo, en realidad- pero con otra tonada, otras personas lo leerán y se enterarán, quizás, o confirmarán lo que ya sabían, o discutirán lo que sucedió una vez en un «país lejano», aunque al mismo tiempo tan cercano, por parentescos y emigraciones varias.
Las dos primeras presentaciones se hicieron en Torino y en Roma. A esas siguieron muchas otras, en escuelas, librerías, asociaciones culturales y centros sociales, para el Día de la Mujer o de la Resistencia. Como si nuestro libro contuviera tantas realidades donde poder contarse.
Presentación en Torino en la librería Torre de Abele. 25 de noviembre de 2008.
Cuenta Estela:
“La primera presentación se hizo el 25 de noviembre del 2008 en Turín en la librería La Torre de Abele. Le siguieron otras, en el Museo de la Resistencia, en una Universidad y en una biblioteca de Boloña, en la Universidad Ca’ Foscari de Venecia. El programa de presentaciones continuó hasta el 2011. Fueron momentos muy intensos, y no siempre pudimos estar presentes todas, como habíamos querido.”
Cuenta Gladys:
“En la región de Le Marche se presentó en la comuna de Grottammare y en la escuela secundaria en la que estudiaba la hija de Walter Calamita. Allí estuvimos. El encuentro con los chicos fue muy intenso.
Hace poco tiempo me encontré con Walter, y recordando esos momentos se emocionó muchísimo, ya que en aquella ocasión y por primera vez, su hija se había apasionado por organizar con sus compañeros de clase un encuentro relacionado con la historia de su familia.”
Presentación en Roma en la Casa Internacional de la Mujer. 3 de diciembre del 2008
La presentación de Roma fue un momento de gran emoción. El lugar donde elegimos hacerla (Casa Internazionale della donna) tiene una historia de la cual también hemos participado. Allí creamos Candelaria, asociación de mujeres inmigradas, junto a mujeres de otros continentes. En el encuentro estaban presentes Giani Miná e Ítalo Moretti, periodista de la RAI, que acompañó de cerca todo el proceso de solidaridad con familiares de desaparecidos y los caminos de la democracia en Argentina, y que escribió el prefacio del libro. Y por sobre todo estaban nuestros muchos amigos, que nos conocían, nos habían ayudado desde los primeros tiempos y quisieron estar con nosotras. Estaban nuestros compañeros de vida y nuestros hijos. Se emocionaron ellos y nosotras. Gianni, comentando la presentación, dijo: “estuvieron brillantes, ingeniosas, e hicieron un juego de equipo maravilloso …¡Felicitaciones!”
Dice Gladys:
“Sí. Fuimos y seguimos siendo un gran equipo.”
El libro abrió otras puertas. Despertó la curiosidad de un grupo de jóvenes mujeres que hacían teatro. Nos conocimos y ellas llevaron nuestra historia a nuevos lugares. El nombre que eligieron fue: nonostante tutto (A pesar de todo). Era el año 2014.
Marty cuenta:
“Hicimos una serie de encuentros en los que relaté nuestra experiencia de convivencia en Devoto. Eran chicas muy jóvenes, ávidas de conocer directamente de una de las protagonistas todo lo relativo a nuestra vida en la cárcel. Me preguntaron cómo eran las celdas, para poder armar una escenografía. Cómo nos organizábamos. Les conté sobre el mate, infaltable en cada charla y reunión política.
En el guión estaban previstas algunas escenas en las que parte de los diálogos era en español, así que tuve que corregir palabras y acentos para que el idioma fuera similar al modo de hablar argentino.
Finalmente, vista la variedad de mujeres concentradas en Devoto, en cuanto a edades, proveniencia geográfica, extracción política, grado de militancia, clase social, etc., decidieron usar dos personajes emblemáticos que nos representaran a todas: la Negra y Cachita. Así poco a poco entre charla y charla se fue armando la obra de teatro. Fue, personalmente para mí -y pienso que para todas las compañeras que estuvimos presentes en Milán con nuestras familias durante el estreno-, una experiencia única e inolvidable. Una de las experiencias más emocionantes de mi vida, la de poder dar voz a todo lo vivido durante los años de prisión, lo doloroso y lo jocoso, porque también hay muchos recuerdos felices.”
La obra se ha presentado en Venecia, Turín y Roma.
Presentación de la obra de teatro en Roma, organizada por Emergency
Emergency (asociación humanitaria italiana que ofrece atención médica a las víctimas de guerras y pobreza) decidió, a través de nuestra historia, tratar de sensibilizar a su público con respecto a tantas historias actuales y similares. Con esta idea se organizó la presentación romana.
Cuando nuestra historia se encuentra con otras historias es como si lo vivido retomara fuerza abriendo puertas de cárceles e injusticias “lejanas”. Compartir nuestra experiencia con otras nos amplía la mente, nos pone en discusión, y por sobre todo amplía el significado de la “Memoria”.
En esta ocasión, el dinero recaudado fue destinado al Centro Di Riabilitazione e Reintegrazione Sociale de Sulaimaniy en Iraq.
Cuenta Estela:
“En el año 2015, en una presentación en una librería en Alba, una mujer me dijo: ‘Yo bailo tango, tengo una escuela y amigos que quieren presentar una obra llamada ‘Tango’ (para mis adentro pensé: otra más con el tango. A mí no me gusta el tango y ni siquiera lo sé bailar). Volvimos a vernos en Turín. La obra se basa en un libro escrito por Fancesca Zanni a partir de los relatos de las Abuelas de Plaza de Mayo. Cuenta las vidas en paralelo entre una desaparecida y su hijo, ya grande, nacido y apropiado en un campo de concentración.
Me pidieron que les contara los momentos vividos y cómo nos ingeniábamos para tratar de sobrevivir. Les conté sobre la cárcel de Córdoba.
El 10 de diciembre del 2016 la obra se presentó por primera vez en una escuela secundaria. Estuvimos presentes. Fue una emoción pura, dura y dolorosa. Los jóvenes nos hacían preguntas con ganas de saber y profundizar. La obra ha sido presentada en muchos festivales y ha recibido numerosos premios.”
Todo esto afianzó nuestra relación. Más allá del hecho de haber sido prisioneras políticas, nos sentimos amigas. A una amiga se le cuenta todo. Las amigas están siempre cuando uno anda bajoneado. Te acompañan y participan de los momentos lindos de la vida y te ayudan en la búsqueda de la serenidad.
Somos mujeres con un pasado en común, vivimos en Italia, hemos escuchado otras historias, algunas parecidas a la nuestra, más o menos dolorosas, y todo esto nos ha servido para seguir creciendo y para profundizar la solidaridad y la hermandad. Quizás también por eso decidimos escribir este relato en forma conjunta.
Recuerda Teresita, y con ella recordamos todas:
HERMANA, la palabra que nos identifica. En ella caben nuestros sueños, lo reído, lo llorado, el recuerdo y la presencia de las que siguen en nuestros corazones, con las que hemos compartido momentos intensos en nuestro exilio. Por eso quiero recordar a Graciela. Graciela Boqué se exilió en Italia junto a su compañero (ex prisionero político) y a sus hijos después de haber sufrido también ella la detención. Profesora de Filosofía, feminista apasionada, fue presidenta de la Asociación Candelaria – Donne immigrate desde su fundación en el 1998, hasta el 2006, año en que falleció. Ella está presente permanentemente en nuestra memoria desde que iniciamos este escrito.
Etiquetas: DERECHOS HUMANOS