Alicia Helena Casabonne
Goya, Corrientes, Argentina
Me llamo Alicia Helena Casabonne pero soy Uli, nombre que me puso mi hermano mayor cuando nací y solo lo abandoné un tiempo por esas historias de la clandestinidad. Dos veces fui apresada por las fuerzas represivas. La primera, en octubre del ’72 y la segunda en abril del ’75. Salí en libertad desde la cárcel de Devoto el inolvidable 25 de mayo del ’73. La segunda vez, desde Ezeiza, en marzo del ’83. Fui y soy peronista y montonera. Mi compañero, Edgardo Domingo Guerra, no superó la cárcel y puso fin a su vida en noviembre del ’79, en el penal de Rawson, engrosando así la larga lista de compañeros víctimas del genocidio. Tengo una hija, María Eva, que porta con orgullo su nombre, y cuatro nietos. Me jubilé como docente y nunca me arrepentí del compromiso que tomé en mi juventud pero reconozco que no supimos valorar el poder del régimen que enfrentábamos y por lo tanto creo que no dimensionamos los costos y la envergadura de esa lucha.
En 2004, en Goya, Corrientes, mi lugar en el mundo, un grupo de compañeros provenientes de distintas experiencias decidimos crear una organización de Derechos Humanos (DDHH) que nos permitiera reivindicar la historia de lucha y las experiencias de vida de los compañeros asesinados y/o desaparecidos de la región. Lo hicimos evocando al querido primer obispo de Goya, Alberto Devoto: obispo de los pobres, los castigados, los olvidados y los encarcelados. Nació así Memoria, Derechos Humanos y Solidaridad (MEDEHS) y sumó otro objetivo fundacional: trabajar en las querellas de las causas de Lesa Humanidad que nos afectaron. En agosto de 2011 en Goya fueron condenados a prisión perpetua seis represores: decenas de testigos pudieron contar los atropellos y sufrimientos vividos por ellos, sus familiares y amigos. Un alto jefe del regimiento de Infantería fue, además, condenado por la desaparición de Elida Goyeneche, secuestrada en Goya y bárbaramente torturada en el regimiento.
Nuestra provincia se caracteriza por ser largamente liberal y conservadora. En 2013 se avizoró la posibilidad de que la alianza peronista Frente para la Victoria ganara el municipio. MEDEHS propuso al compañero candidato a intendente la creación en la Municipalidad de un área de DD HH. Ganamos y los compañeros, por unanimidad, me propusieron en esa responsabilidad. Me asustaba la idea, ya que nunca había estado en áreas de gobierno pero fuimos para adelante. Sabía que mi posición diferenciada -estaba por la organización- favorecería las políticas.
Comenzamos con un equipo chico, la mayoría jóvenes y todos militantes. Se hizo mucho en Memoria, Verdad y Justicia, contra la violencia institucional, asesoramiento jurídico y derechos de la mujer, entre otros temas. Pudimos llegar a las escuelas primarias, secundarias y los institutos superiores. Comenzamos a contar la historia desde lo institucional; hubo rechazos pero los fuimos sorteando. El logro que quiero destacar es el trabajo conjunto con la Secretaría de DDHH de la Nación que permitió la señalización de los cinco centros clandestinos de detención de Goya y, luego, con el Ministerio de Defensa, la creación de un espacio de memoria en uno de esos sitios que pertenecía al Ejército: la casa de Las Palmeras.
Respecto del tema de violencia institucional, logramos la adecuación edilicia de la vieja alcaidía de Goya. Era un edificio que carecía de todo -incluso de baños- y funcionaba en sótanos, algo difícil de narrar. Para avanzar y concretar la remodelación nos asociamos varias instituciones: Comité Provincial contra la Tortura, Dirección de DDHH, Colegio de Abogados y MEDEHS. La gestión municipal duró cuatro años y tuvo el acompañamiento incondicional del Concejo Deliberante de Goya, las decenas de ordenanzas y resoluciones de DDHH siempre fueron aprobadas por unanimidad. El signo político de la actual gestión, que asumió en diciembre de 2017 y que responde a la Alianza Pro-Cambiemos, puso en el frízer la cuestión de DDHH. Sin embargo, no abandonamos los reclamos y gestiones.
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