Prólogo

Cuando en 1943 Jean-Paul Sartre dijo: “Somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros”, las mujeres protagonistas de estas historias aún no habían nacido. Varios años después iniciaban su escuela primaria, sus estudios secundarios o su militancia política. 

Estas mujeres atravesaron uno de los períodos más convulsionados de nuestra historia y fueron protagonistas. Quizás entendieron que la existencia precede a la esencia y asumieron un compromiso político y social para diseñar y crear el mundo en el que querían vivir. Un mundo justo en el que las personas pudieran desarrollarse, ser plenamente conscientes y libres. 

En ese camino sufrieron la violencia y el horror. Sus cuerpos, sus mentes y sus vidas debieron soportar la atrocidad y el espanto con el que un nuevo plan sistemático pretendió exterminar la voluntad. 

Esas marcas están tatuadas en cada rincón de su ser. Están vigentes en las presencias y en las ausencias. En los abrazos que no se pueden dar, en las charlas que no se pueden tener, en los nombres que no pueden recordar. En los silencios cómplices, en las miradas que juzgan. 

En estos textos la frase de Sartre cobra sentidos. Se hace carne y camina los pasos de cada una de las mujeres que tejieron las palabras. Se hace sendero en cada uno de los testimonios, en cada una de las memorias, en cada una de las búsquedas. En cada nueva lucha. 

Aparece plasmada con la fuerza del sol, como un faro que nos invita a navegar otros mares -a veces violentos y turbulentos, a veces mansos y tranquilos-, nos invita a sumergirnos en una marea que nos incluye, que marcó también nuestras vidas, que nos constituye. 

Este libro nos desafía a bucear en un universo que, como el mar, resuena en una historia colectiva susurrando en cada una de las gotas que lo componen. Podemos hallar la claridad del camino para elegir quiénes queremos ser, para encontrar la fuerza que nos falta, para entender los pasos andados. Recordar que la lucha no es individual y que nuestras esperanzas no están solas y desprendidas, son una consecuencia permanente.  

Aquí encontramos un manifiesto en el que quienes leemos podemos ser otras siendo las mismas. En las palabras de cada una de estas mujeres reconocemos la certeza de que podemos seguir manteniendo nuestra esencia pese al intento de torcer la voluntad. 

Reconocemos la diversidad en itinerarios que ellas fueron recreando luego de las rejas de Villa Devoto. Esa diversidad en los sentires y el lenguaje -nosotras, nosotres, nosotrxs, nosotr@s, nosotros-, en las representaciones simbólicas y los recuerdos, en los nuevos frentes de debate y de decisión. Siempre atentas, con miradas críticas en las que se fueron repensando, redescubriendo para seguir multiplicando los sueños y las certezas.    

Este libro nos hacía falta. Necesitábamos encontrarlas, mujeres del tiempo, en sus palabras sabias y correctas. Necesitábamos sentir el torrente que surge desde ciertas profundidades, a veces desconocidas, para seguir floreciendo con el mismo amor con el que han decidido andar sus días. Y es bien cierto que sus presencias estuvieron inquebrantables en cada nuevo juicio contra los genocidas, en cada nueva marcha para ocupar nuestras calles con todas las verdades que los distintos poderes quisieron y siguen queriendo ocultar. Pero ahora vienen aquí a contarnos tantas otras vidas, tantas otras voces. 

Nosotras en libertad es un canto de esperanza, es una caricia que cura, es una ronda de amigas, es un abrazo que repara. 

Este libro es la presencia de los 30.000 compañerxs que no están, de la impunidad que debemos seguir combatiendo, de las injusticias que se siguen sucediendo. 

Este libro es un motor que nunca dejó de latir.  

Mariana Fernández – Diego Slagter
Septiembre 2021