Entre sierras valles y ríos

Soy mujer

Inés Del Carmen Bruno Flores

San Marcos Sierra, Córdoba, Argentina

«Soy Mujer. Y un entrañable calor me abriga cuando el mundo me golpea. Es el calor de las otras mujeres,
de aquellas que hicieron de la vida este rincón sensible, luchador, de piel suave y tierno corazón guerrero». 
Alejandra Pizarnik  

Narrar la historia de mi vida es algo complejo. Desde mi salida en libertad, allá en 1977, hasta hoy debí atravesar momentos diversos: dolorosos algunos y de felicidad otros, como lo relaté en otro texto que comparto en este libro.  A raíz de varias situaciones vividas con mi pareja, principalmente algunas que hoy reconozco como de violencia, decidí vivir sola y me separé. Con mi hijita Luz María nos vinimos a vivir a Córdoba, para estudiar la carrera de Trabajo Social. Estudiaba con avidez, mi mamá y mi papá me ayudaron muchísimo.

Estando en La Paz, Bolivia, cuando quedé embarazada, dos chicas alemanas me regalaron el libro: Nuestros cuerpos, nuestras vidas, escrito por el colectivo de mujeres de Boston. Este libro narra la experiencia de trabajo con mujeres de la comunidad latina de Estados Unidos, habla de salud integral de las mujeres y se encuentra  traducido a varios idiomas ¡excelente material!

Esa lectura me abrió todo un panorama respecto de nosotras -las mujeres-, nuestros cuerpos, nuestros derechos.  Me acuerdo de leer el libro en un viaje en tren de La Paz a Sucre. ¡Qué descubrimiento!

En el ’91, pleno «menemato», me recibí y empecé a participar por el reconocimiento de los derechos de las mujeres. Conocí la asociación Juana Manso, valiosas mujeres. Recuerdo un afiche que había en el local con la figura de una nena y el siguiente texto: “No limitemos su educación, es una mujer del siglo XXI“.

Hacia allí fueron mis inquietudes. La perspectiva de género estaba presente en mis búsquedas. Participé activamente del Movimiento de Mujeres de Córdoba, en la comisión Interhospitalaria por la Salud Sexual, junto a compañeras profesionales de la salud pública, entre ellas María Inés Mazziotti, pionera en el impulso de la salud sexual y del derecho de las mujeres a decidir. 

En el año 1997 volví a ser mamá de una nena llamada Lihue, hoy jovencita de 23 años. En 2003 Luz María, mi hija mayor, fue mamá de una hermosa nena, Aluhe, hoy de 17 años. Somos una familia de cuatro chicas hermosas.

En 2006, desde el Movimiento de Mujeres Córdoba, editamos: Mujeres desde el Cordobazo a nuestros días, allí relatamos nuestra participación en esa gesta que nos marcó profundamente como generación.

Durante 2006 desde el Movimiento de Mujeres conseguimos la sanción de la ley de Violencia Familiar. Fue mediante  plenarias y asambleas con participación de todas: mujeres CIS, mujeres lesbianas, mujeres de diversas orientaciones sexuales, pertenecientes a las organizaciones de base y los barrios. Elaboramos  el anteproyecto de ley «para prevenir, sancionar y erradicar la violencia  hacia las mujeres en los ámbitos donde desarrollen sus relaciones interpersonales» (mismo título  de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, conocida como Convención de Belém do Pará). Organizamos y protagonizamos diversas actividades: radios abiertas, petitorios y conversatorios con destacadas figuras de Córdoba y nacionales en el ámbito de los derechos humanos de las mujeres.

Después de mucho activar y militar nuestro anteproyecto y de ser ninguneadas en la unicameral -especialmente por Alejandra Vigo (hoy senadora nacional)-, los primeros días de marzo, luego de varios femicidios durante una semana y con fuerte  presión social, la legislatura de Córdoba, que es unicameral, no tuvo más remedio que sancionar la ley. Esa mañana éramos alrededor de cuarenta compañeras que nos metimos en las sesiones y presionamos para que nuestro proyecto fuera ley. Con las comisiones de legislación general conseguimos la ley provincial 9283/2006 de violencia familiar y aceptaron incluir todos los tipos y modalidades de violencia que desde el Movimiento de Mujeres proponíamos. En un folleto editado por nuestro movimiento expresamos: “Con las limitaciones de todo instrumento legal, con un título que invisibiliza la violencia hacia las mujeres, con las mezquindades en materia de política pública y otros déficits que seguro encontraremos, hoy las mujeres cordobesas podemos decir que tenemos una ley contra la violencia y que la conquistamos con nuestra lucha”.

Esa semana y las posteriores, cientos de mujeres se presentaron a denunciar. También conseguimos que se abrieran dos tribunales de Familia específicos para denuncias de violencia hacia las mujeres.

En 2007 se realizó el Encuentro Nacional de Mujeres y muchas de nosotras participamos en la Comisión Organizadora.

Hoy sigo «activando» en diferentes espacios por nuestros derechos y los de la comunidad travesti, transexual, transgénero, lesbianas, gays y no binaries.  También por las mujeres originarias, basta de chineoEl chineo es la violación de las niñas indígenas a modo de marcar propiedad sobre sus cuerpos. y niñas, no madres.

Decidí interrumpir embarazos, dos en el exilio, fue muy duro, y otra interrupción acá en nuestro país. Siempre abortos clandestinos.  Estamos a días de que el proyecto de la Campaña por el Aborto Legal sea ley. Exigimos que paren de matarnos. (Luego de la escritura de este texto se aprobó en Argentina la Ley Nº26.610/21 de Acceso a la interrupcción voluntaria del embarazo )

¡EDUCACION SEXUAL PARA DECIDIR, ANTICONCEPTIVOS PARA NO ABORTAR, ABORTO LEGAL PARA NO MORIR!

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